23 agosto 2008

madonna - like a prayer

Yo me hago una pregunta:

Cuánto hueón seco para la canita al aire en la liga de enfrente (o la de este lado, según como se quiera leer) irá con la esposa, la novia, se hiperventilará y dirá lo seco que es el show, mientras la novia, esposa amante lo mirará extraño 2 segundos y entonces ...

Recordará no sólo la discografía de Madonna entre los discos de heavy metal de su novio, sino que también la de Kylie, que nunca le acomodó la silla en el restorán, cuando se puso ese vestido regio y él con una mirada medio envidiosa que ella no quiso leer en su momento le dijo "te ves gorda", a su mejor amigo que nunca tuvo polola y que nunca simpatizó con ella, las sesiones de sexo fetish con él en bragas,las maratones de Sex and the City, Project Runway y The O.C. en lugar de Two and a Half Men, The Man Show o South Park, su pasión por las películas y los personajes de Almovodar, la insistencia en comprarse el departamento en el barrio Bellas Artes y que en los JJOO fuera el único hombre al que no le interesará mirar el voleyball femenino (igual ella trató de verlo como un asunto de hombre evolucionado cuando todas sus amigas le contaron que los suyos se ponen en automático cuando aparecía un culo brasileño al lado de una malla).

...comienza Like a Prayer y tendrá una epifanía. Ella con 6 años y viendo televisión recordará la Pepsi, el sabor de la nueva generación, y se sintió niña una vez más. Ni el colegio ni mamá habían enseñado nada de leer señales, pero sí recordaba muy bien la primera vez que supo de una mujer que se llamaba Madonna y le hacía temblar la cintura por primera vez en algo que luego conoció como ritmo, cuando bailó con sus amigas esa canción para el día de la madre en el colegio y su cassette ultrarayado en una caja de recuerdos infantiles con la canción grabada de la radio.


Y con respecto a todo, lo único que podrá gesticular de forma conciente antes de volverse loca de euforia fue...




...life is a mistery...

19 agosto 2008

cansei de ser sexy - art bitch

Anoche soñe con la Sarita Mellafe. Es raro pero la ministra de Cultura no es mi Teresa de los Andes ni por las huinchas, pero anoche soñe con ella, y se me mostraba en una visión ni tan mala, ni tan peuca, ni tan mosquita muerta.

Esa postura actual de mujer dura, profesional con su cargo, implacable con la prensa entendiendo como sinónimo de ganarse el respeto el andar roteando a todo el mundo, siendo sarcástica con el lenguaje de quienes se dirigen a ella, mirando del hombro para abajo (sin mucho que mirar a esa altura, digámoslo), tal como la Sarita, ese personaje suyo de una teleserie de fines de los noventas, que terminaba sola, como la peor cosa que le podía pasar. My art is called egocentric soft porno or maybe it's just narcisism. Por arribista, por creerse un cuento que no es el suyo.

Tal como Sarita, me imagino la infabilidad un poco fallida de la ministra, hablando de algún escritor de moda entre la intelectualidad, pero con la Danielle Steel arrugándose bajo la almohada, hablando del Altazor, pero devorándose la TVNovelas o el SQP entre reunión con el Sindicato de Escultores y el Sindicato de Actores.

Me refiero a que con todo la chiquilla es humana, y tras esa capa de estuco institucional, el labial rojo rabioso, el traje dos piezas de secretaria, puesto de moda por la Tía Michelle en una maniobra de vanguardia horrorosa (si hasta la Mariana Loyola se ve extra linda con sus carpas estampadas), el taco medio, la mirada de perra-no-pienso-darte-tu-estupida-cuña-de-prensa o I poo on a plate and get it published on Visionaire, ella tiene su corazoncito y seguramente llora amargamente a veces. Como Sarita.

Ni tan mala, ni tan peuca, ni tan mosquita muerta dije que se veía ella, tal vez soy un poco injusto. Pero ella se metió en mi sueño primero.

13 agosto 2008

ramones - i believe in miracles

Nunca me ha importado que las canciones de Ramones sean odiosamente parecidas entre sí. Total ellos entendieron mejor que nadie la premisa de que en la música no vale ser el más original (y ciertamente ellos lo eran, o al menos nadie sonaba como ellos pues de intentarlo era arriesgarse a una peligrosa acusación de plagio y eso les estaba permitido sólo a ellos. Plagiarse a sí mismos) sino que hacer buenas canciones.

Y eso es innegable, pues todos tenemos en nuestra memoria mucho mas que I Wanna Be Sedated, lo que pasa es que sólo a ésta le tenemos el nombre puesto y seguro es la canción más cubierta por otras bandas. Yo recuerdo a Pearl Jam el año 2005 y a Eddie Vedder con su cartel de I Believe In Miracles que le habían dado desde el público para luego darles en gusto tocando esa canción. Lo hicieron las dos noches y fue sencillamente emotivo. También la ocasión en que The Offspring tocando en chile hace años atrás hizo I Wanna Be Sedated y luego Territorial Pissings de Nirvana. Aunque ellos no son de mi gusto, el haber elegido esas 2 canciones no era casual: se trataba de todo un tributo a las influencia de la influencia y como el mundo tiene devenires cíclicos en algunos casos (tropezamos con la misma piedra en cada vuelta) era obvio que Nirvana iba a rememorar en algo ese sonido (y más de alguna vez tocaron Beat on The Brat) para que luego alguien lo hiciera más más pop aún y después vendrían otros y lo llevarían un paso más allá o acá, según donde nos pongamos y así pasa hoy con esta oleada de grupitos emo que del punk tienen el look distorsionado con los años y la pura guitarra colgada.


Por eso es bueno siempre mirar atrás y hacer las cosas desde cero. El Garage no trasciende simplemente porque no miró tan atrás o porque encontró que lo que querían copiar era la onda pero lejos de la calidad. El emo es una distorsión execrable del punk. Hellacopters es de culto porque quieren hacer canciones mil veces rockeras y miran derechamente a Kiss, Kyuss es de culto porque miraron a Black Sabbath, Nirvana fue de culto porque miro a Sex Pistols, Pixies y Sonic Youth. ¿Qué nos debiera decir todo esto? Pienso que simplemente debemos volcarnos a la emoción primaria, no a piruetas virtuosas y mirar a leyendas como Ramones.

Ramones si bien eran un referente, nunca tuve la posibilidad de oírlos hasta una gran banda sonora para una pésima película. Private Parts. Fui tardío. Pero a veces así pasa, más cuando hace 10 años atrás internet no era la panacea. Ahí salía Pinhead. Y yo la oía una y otra vez. Sacaba el cassette y retrocedía hasta comenzar de nuevo. Eran días de primavera en el colegio y recuerdo que jugaba un poco al misántropo con mis fonos y en una banca en algún rincón donde llegaba una o dos personas a conversar. Ya sabía de I Wanna Be Sedated, pero no sabía que eran los mismos de Poison Heart, pues eso suena tan distinto. Luego conseguí ese donde salía Bliztkrieg Bop y Beat On The Brat. Y andaba pegado con Judy cantando todo el día oh oh i don’t know why como enfermo. Y fueron fiestas y noches con amigos de botellas de vodka completas y cajas de cerveza. Esos años en que uno bebía como si el mundo se fuera a acabar. Ramones es perfectamente adolescente y juerguero. I don’t wanna grow up y seguir con mis zapatos negros y la corbata mal amarrada.




Es por eso que tal vez conozco a mucha gente que los recuerda con cariño. No vivimos en la época misma donde nacieron todos esos clásicos (que son bastantes), luego todos crecimos y aunque algunos siguen la fiesta, todos saben que no puede ser así siempre. Pero mientras suene a lo lejos una vocecita nasal, tres acordes y un coro irresistible, pensaré que cogí un pedacito de la historia de otros y la hice mía. Pues las canciones al final son para eso, para apropiártelas y pegarlas en tu propio rompecabezas. O en tu propio álbum “Best of”. Yo prefiero que se me aparezcan tras las personas y los edificios o árboles como si estuviera metido dentro de mi propia película.