01 octubre 2010

sui generis - instituciones

(como siempre click el el Grooveshark a la derecha para darle sentido a la cosa)

Hablar es gratis. Y cuando se trata de hablar de como queremos o pensamos que debe ser nuestro país (las dos cosas no se intersectan necesariamente) todos tenemos una postura al respecto. Todos tenemos una postura política, hasta el que se apoya en la babosada de "yo no creo en la política ni los políticos, no me importa" establece una postura, para redundancia, política. Eso es básico como premisa.

De mis huesos la humanidad
Debes salvar
Los magos, los acróbatas, los clowns
Mueven los hilos con habilidad
Pero no es el terror
A la soledad
Lo que hace a los payasos
Uno rojo, otro blanco
Ya los viejos romper la voz
Para cantar

Lo que pasó ayer tanto en Ecuador, con el intento de Golpe por parte de la Policía, y lo que pasó entre Chile y Argentina, sobre la extradición de Galvarino Apablaza, imputado como presunto autor intelectual del homicidio del senador Jaime Guzman allá en 1991 son 2 cosas distintas, pero que caen en el mismo saco: la institucionalidad.

Se da en decir que lo que pasa en el caso de Apablaza vulnera la institucionalidad chilena, que políticamente deteriora las relaciones entre las naciones y que consiste en un revés que deja a una persona en la impunidad. 3 precisiones:

1.- La institucionalidad chilena no puede ser vulnerada por una extranjera, es casi una cuestión de hecho: porque Argentina aplique sus leyes en concordancia con SU ordenamiento jurídico no va a significar jamás que se vulnera el ordenamiento chileno, a menos que de dicha aplicación se genere una consecuencia directa en el territorio nacional, lo que en el caso no es tal, puesto que dentro de la legalidad los procedimientos se llevaron a cabo y este procedimiento en el derecho chileno tiene un final que es justo donde empieza la soberanía argentina para aplicar sus leyes al caso en cuestión. La decisión en ningún caso era dable esperar que fuera favorable, simplemente estaba entregada a la incertidumbre de los órganos que debían decidir.

2.- El contexto político sobre el cuál descansan las decisiones jurisdiccionales, no significa decir lo contrario, que las decisiones jurisdiccionales deben darse en un contexto político. No se puede alegar cuestionas de diplomacia para influir sobre decisiones que no dependen de voluntades políticas más allá de la aplicación de un grupo de normas de forma justa. El conflicto político es artificial. Es como cuando le dices a tu novia que decida ella si va a esa fiesta, que ella es grande y sabe lo que hace, pero luego cuando te enteras que fue, saltas en furia porque hizo lo que no esperabas que hiciera. Reconocemos la soberanía y la facultad de los Estados de tomar sus decisiones autónomamente, luego lo decidido no nos gusta y pataleamos, ¿alguien entiende algo?

3.- Apablaza no está condenado. No voy a defender a nadie, menos a Apablaza que personalmente no me consta una paloma blanca que trabajara en el último tiempo por la libertad de nadie. Pero antes de una condena procede la presunción de inocencia.

Luego lo de Ecuador. Cuando un gobierno elegido por la mayoría de los votantes dispone los cambios que era dable esperar, lo que corresponde es oponerse, marchar, hacer presión civil, no violenta en principio para hacer entender que el camino no es el que se quiere. Al tratarse de una norma particular que se dirigía a un grupo determinado, este grupo entendío que podía usar los medios que el mismo Estado le proporciona para dirigirse contra aquello que resistían. Error. La institucionalidad no es perfecta, es perfectible y los gobernantes pueden cometer errores a los ojos de muchos, y ser magnánimos a los ojos de otros. Es el juego perverso de la democracia, dónde hoy por ejemplo nos clavamos un gobierno de derecha donde la mayoría no vota (en resumen, nos merecimos eso). Luego por la fuerza, queremos tener la razón de que la institucionalidad ha fallado porque no nos es cómoda.

En conclusión, admitir el juego democrático y que las instituciones bajo este sistema funcionan de una forma u otra, significa admitir que no siempre las decisiones van a estar a nuestro favor y que es necesario el respeto desde todos los sectores, porque al final toda esta farsa de las democracias es un acuerdo de las mayorías y de quienes las representan. Y no se vale hacer pataletas diplomáticas por una decisión que no les representa porque al final de cuentas todos son parte del mismo saco: los políticos chilenos que hoy vemos en masa rasgando vestiduras por la decisión argentina y sin medir palabras dándose por agraviados in extremis no se diferencian mucho de los policías empuñando armas contra la población civil indefensa. Todos quieren que las cosas pasen, pero a su modo.

No preguntes más
Pero es que ya me harté
De esta libertad
Yo no quiero más padres
Que acaricien mi espalda
Soy un hombre que quiere andar
Sin pedir permiso para ir a llorar


PS. para colmo de males, los que esperaban en serio que Piñera arreglara todo con la conversación con CFK de hace unas semanas, son los mismos que criticaron el arreglo poco ortodoxo del tema Punta de Choros. No se uds, pero la ropa reversible es fea en cualquier parte.


1 comentario:

Marisoup dijo...

Me gusta, besos ;)
(sabes que opinaría mas, quizás otro día, pero en verdad me gustó ene)

Mary

PD: Amo cada día mas el diseño de tu blog.